Mouawad vuelve a incendiar la memoria

MADRE (MÈRE)

En España -en gran medida, también en el mundo- Wajdi Mouawad es famoso como el dramaturgo y director de Incendios, una gran tragedia contemporánea en la que el autor retrató la historia reciente de su país natal, Líbano, destruido hace décadas por una larga guerra.  El canadiense ha escrito y dirigido un puñado de obras más que, para quien firma, no estaban a la altura de aquel terremoto escénico. Aún recuerdo la conmoción que me produjo en su estreno en Madrid el descenso a los infiernos de sus protagonistas. A Incendies le siguieron en España Litoral y otras piezas, entre ellas parte de su trilogía Domestique, un tríptico de obras dedicadas a la familia y la memoria. Después de la decepcionante Soeurs de Wajdi Mouawad, el autor ha visitado de nuevo Madrid con otra de las entregas de este ciclo, Madre (Mère). Y de nuevo se ha vuelto a ver al autor capaz de conmover y brillar en la construcción de historias.

Con Madre, Mouawad incendia de nuevo el teatro con el retrato de una familia obligada a abandonar Líbano y a vivir en un nuevo país por la misma guerra que retrataba en Incendies. Pero esta vez es su propia historia, la de su familia, desarbolada por el exilio, con un padre ausente y una madre con un carácter a prueba de bombas, una mujer de armas tomar, no siempre amorosa ni comprensiva. Madre es la historia de un país y un exilio, pero, sobre todo, como el título ya adelanta, es la evocación de una mujer, cuyo recuerdo construye sin adornos un dramaturgo que sabe que la memoria es frágil e incierta y que la ficción es una trampa. Por eso, en una reveladora escena, Mouawad, ya adulto, convoca a su madre, fallecida en 1985 y habla con ella. Los reproches del personaje son un mea culpa del dramaturgo, sabedor de que llevarla a escena, convertirla en un personaje, quizá no sea el mejor homenaje, porque los recuerdos de aquella Jaqueline siempre enfadada son en parte reales y en parte construidos. Pero, ¿acaso no lo son todos?

Madre es la historia de un país y un exilio, pero, sobre todo, es la evocación de una mujer, cuyo recuerdo construye sin adornos un dramaturgo que sabe que la memoria es frágil e incierta y que la ficción es una trampa

Antes de seguir, conviene hacer una acotación técnica sobre el montaje visto en Madrid. Por enfermedad del responsable del sonido del montaje, Mouawad, su compañía y el Canal estuvieron a punto de cancelar las funciones. Finalmente, el director optó por seguir adelante con las dos funciones programadas en Madrid, pero sin efectos sonoros ni música, sustituidos por acotaciones proyectadas allí donde debería haber una canción o sonar un ruido. La argumentación del director: en este montaje el ambiente sonoro es muy importante, un personaje más, y el técnico era irremplazable. Una decisión cuando menos cuestionable. ¿Acaso no hay buenos técnicos en Madrid que con unas instrucciones claras y un par de ensayos hubieran podido montar la función sin que se apreciase la diferencia? Así que el montaje visto en Madrid está en cierta medida “mutilado”.

Todo lo anterior no hace sino engrandecer lo visto. Si así, limitado, el montaje muestra la mejor cara del dramaturgo y director y es capaz de mantener al respetable imantado durante dos horas y cuarto, ¿cómo habría sido en su plenitud?

Madre (Mère) | Wajdi Mouawad

Mouawad hace de este ejercicio de memoria una comedia amarga en la que toca hábilmente los resortes de la nostalgia con un retrato familiar cargado de escenas costumbristas, en las que el conflicto entre madre e hijos -el autor y su hermana mayor, sobre todo- se resuelve en una cotidianeidad mediterránea y directa. Una familia que habla y se grita, que maldice y resuelve sus problemas sin ocultar el dolor. Y el resultado es a la vez muy divertido y melancólico, algo que solo el talento de un buen autor que además maneja los códigos de la escena con maestría puede lograr.

Mouawad hace de este ejercicio de memoria una comedia amarga en la que toca hábilmente los resortes de la nostalgia con un retrato familiar cargado de escenas costumbristas

Esta Madre (Mère) nos ofrece además la posibilidad de conocer al Mouawad actor, un tipo de claridad y seguridad sobre la escena que, a la manera de Robert Lepage, se da vida a sí mismo en la madurez, contemplando y ayudando en el desarrollo escénico a su propia historia (son llamativos algunos paralelismos entre este montaje y el de su compatriota, 887, otro ejercicio de memoria visto hace un año en Madrid). Un viaje a su infancia desarrollado con proyecciones, juego escénico y, por encima de todo, estupendos trabajos de su yo juvenil (un joven actor de enorme soltura, cuyo nombre no aparece en el programa), Odette Makhlouf (su hermana Nayla) y, sobre, todo, una sísmica Aïda Sabra, que interpreta a Jaqueline, la madre.

Completa el reparto Christine Ockrent, periodista belga que se interpreta a sí misma como esa presencia que entra en nuestras casas a través del televisor y forma parte de nuestras vidas: las noticias de los Informativos. Mouawad logra así que el horror sea también otro tema, con un juego especular entre las noticias de la guerra del Líbano de aquellos años 80 que rememora y las de la actual guerra de Ucrania, que la radio arroja si esperanza. Como aquel conflicto enquistado, Mouawad parece alertarnos: la agresión rusa acabará siendo una noticia más, olvidada y sepultada entre la actualidad, un tema que ya a nadie importa.


Texto y puesta en escena: Wajdi Mouawad. Intérpretes: Odette Makhlouf, Wajdi Mouawad, Christine Ockrent, Aïda Sabra y un niño (y voces de otros intérpretes).Dramaturgia: Charlotte Farcet. Escenografía: Emmanuel Clolus. Iluminación: Éric Champoux. Vestuario: Emmanuelle Thomas. Peluquería: Cécile Kretschmar. Sonido: Michel Maurer et Bernard Vallèry * . Músicas: Bertrand Cantat en colaboración con Bernard Vallèry *. Traducción del texto al árabe libanés: Odette Makhlouf y Aïda Sabra. Seguimiento de texto y sobretitulado: Sarah Mahfouz. Teatros del Canal (Sala Roja). Madrid.

* Las funciones en Madrid se realizaron sin efectos sonoros ni música

Fotos: Tuong-Vi Nguyen

 

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